2.3. Filipos (16,11-40)
Desde el puerto de Tróade se dirigen en barco a la isla de Samotracia
y, desde ésta, al puerto de Neápolis en la costa macedonia; desde allí parten
hacia Filipos, donde tendrán lugar los hechos más importantes de estos
versículos del segundo viaje paulino.
Esta predicación contiene los elementos típicos del
esquema estándar de la predicación paulina. En primer lugar hemos de
resaltar que las primeras personas en escuchar el mensaje de salvación de
Pablo son las mujeres de la ciudad. En segundo lugar nos encontramos con un
relato de exorcismos, efectuado en la persona de una esclava que estaba poseída
por un espíritu adivino. Los dueños de la esclava denuncian a Pablo por
razones obvias ante las autoridades romanas. Ante estas acusaciones los
habitantes de Filipos se amotinan contra nuestros mensajeros del anuncio, y
éstos son azotados inmediatamente por las autoridades romanas, quizás con el
fin de calmar a la turba. Después de ser encarcelados nos encontramos con una
historia interesante de liberación: el Espíritu, de nuevo, interviene a favor
de la expansión de la Palabra
aunque las dificultades sean enormes . Siguiendo la interpretación teológica
lucana, a través de un hecho natural, que es interpretado como una intervención
providencial del Espíritu, Pablo y Silas son liberados de su cautiverio. Como
no podía ser menos, el autor de hechos introduce como epílogo de este relato de
liberación la conversión del carcelero y toda su familia. El final de este
relato de liberación insiste en la condición de ciudadano romano del
Apóstol y la convicción de las autoridades romanas de la ciudad de haber
violada las garantías procesales que prescribía el ius gentis en el caso de Pablo. Pablo sabedor de
esta circunstancia fuerza una disculpa pública de éstas, de modo que los
pretores les ruegan que salgan de la ciudad .
Como
personajes más representativos en este episodio nos encontramos con en primer
lugar con una comerciante de púrpura, Lidia, que es la primera en acoger la Palabra que anuncia
Pablo. En segundo lugar nos encontramos con la esclava poseída de un espíritu
adivino que, exorcizada por Pablo fue liberada del mencionado espíritu. Las
consecuencias que esto trajo a nuestros misioneros por parte de los amos de la
esclava su actuación, produjo su encarcelamiento. En todo este procedimiento
pseudojudicial aparecen distintos funcionarios romanos: los pretores, lictores,
el carcelero. En cuanto al carcelero, éste ocupa un lugar destacable en le
relato de liberación, ya que es protagonista de un pequeño episodio de
conversión junto a su familia. Los pretores son destacados en cuando al final
de episodio, ya que deben rendir a Pablo excusas por su condición de ciudadano
romano, al no haber éstos respetados los derechos del mismo en el proceso
abierto contra él .
2.4. Tesalónica y Berea (17,1-15)
Pasando por Anfípolis y Apolonia llegan hasta Tesalónica, predicando
en esta ciudad. Después de ésta se dirigen hacia Berea, en donde ocurrirán
hechos similares. Nos encontramos, otra vez, con el primitivo esquema de
predicación cristiana. Pablo se dirige a los judíos en la sinagoga, éstos
rechazan el anuncio, anuncio que tiene una mejor acogida entre los gentiles.
Los judíos enfadados por el éxito del anuncio a los gentiles provocan la
persecución de Pablo y Silas, pero el anuncio no puede ser paralizado, ya que
está bajo la protección divina. Debemos destacar en esta persecución de los
judíos en Tesalónica, la introducción de una táctica que se convertirá en
general en esta persecución contra la expansión del anuncio: convertir las
acusaciones religiosas en acusaciones políticas. Jasón, finalmente paga la
fianza para que Pablo y Silas sean liberados, enviándolos hacia Berea. En esta
ciudad se suceden similares acontecimientos. Los judíos de Tesalónica bajan
hasta Berea con las mismas intenciones, de modo que provocan las iras contra el
Apóstol de los gentiles. Pablo, Silas, Timoteo con la ayuda de algunos miembros
de la comunidad cristiana, son ayudados a salir de la ciudad: Pablo hacia
Atenas , permaneciendo Silas y Timoteo en la ciudad.
En Tesalónica aparece Jasón, que debía ocupar alguna posición
influyente en la comunidad cristiana de esta ciudad. Además reaparecen los
funcionarios romanos, en este caso magistrados, en relación con la pretensión
judía de acabar con la misión paulina.
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