Hemos estado engañadas mucho tiempo las
mujeres por muchas razones, creo que todo el mundo es consciente de ello. La
mujer, a lo largo de la Historia ha estado manipulada, ha estado bajo el yugo
masculino y bajo el yugo —todo hay que decirlo— del poder eclesiástico. Por esa
razón y por otras muchas que van saliendo de mi memoria hemos sufrido de
culpabilidad y eso es algo imperdonable. Cuando era pequeña era yo muy pía y me
gustaban mucho las historias de las Escrituras, en especial la vida de María
Magdalena.
Claro, en aquellos días rezaba yo con
fervor a la Virgen
sobre todo porque era lo que me habían inculcado sin darme pie a yo comprobar
nada, así eran aquellos tiempos de «religión académica». Ahora no adoro ni rezo
a la Virgen ,
sencillamente porque no hay necesidad de hacerlo, pero respeto a quien lo hace
y confío en que los que sí creen en ello lo hagan sistemáticamente y con un corazón sincero.
Las preguntas siguen para mi sin
contestar. ¿Por qué nos han hecho avergonzarnos de Eva? Eva ha sido una "pecadora" y a partir de ahí ha pasado a mitificarse como la imagen de la mentira, en
definitiva del pecado. ¿Pero es esto así?. Eva –cuya salida de la costilla es
tan solo una forma metafórica, es un lenguaje figurado de hablar- fue traída a
la tierra de la misma manera que sucedió con Adán, es decir, creada a imagen y
semejanza, lo que quiere decir que su forma externa se corresponde con la
imagen de otra que ya existía. Es de suponer que había un padre en el cielo,
pero también una madre celestial. Eva –despreciada por la tradición- ha sido
una de las mujeres mas incomprendidas de la historia junto a su marido y
probablemente debamos estar muy agradecidos a su actuación.
Gracias a ella, el
plan divino, se cumplió. Durante el tiempo del Edén, hombre y mujer eran inmortales,
no estaban sujetos a la muerte, pudiendo haber vivido para siempre en un estado
de inocencia. Cuando Eva fue engañada por Satanás, por que la engañó, le habló por medio de la
serpiente[1],
pero al no ser mortales no comprendían la diferencia entre el bien y el mal,
característica de los dioses. Pero la transgresión no tiene nada que ver con
una violación de la ley de castidad –tal y como se nos ha hecho creer-, muy al
contrario. Cuando el diablo tienta a Eva le dijo la verdad en cuanto a que
serían dioses si comían del árbol de la ciencia, pero le mintió al decirle que
no morirían, le mintió pero por otra parte le dijo la verdad al decirle que sus
ojos se abrirían conociendo el bien y el mal como los dioses.
Cuando Eva es
tentada o engañada, -probablemente Satanás lo intentaría primero con Adán y
este resistiría la embestida- come del fruto –todo esto es lenguaje metafórico-
provoca que su compañero también lo haga porque de no ser así hubieran sido
separados y así no podría dar cumplimiento a los designios de Dios de crear la
raza humana. Eva, por tanto, en el propio acto de dejarse vencer por la
tentación en realidad cumplió con los propósitos o planes del Dios: la creación
de la raza humana en su condición de seres mortales. Aun sin saberlo Satanás
con su esfuerzo diabólico, lejos de ser el paso inicial hacia una destrucción,
contribuyó al plan divino de progreso eterno del hombre. Nunca debemos culpar a
Eva, porque por medio de su transgresión y por la decisión que tomó Adán de
imitarla, el hombre pudo llegar a saber la diferencia entre el bien y el mal y
por lo tanto manejar su libre albedrío. Hicieron al hombre mortal pero libre,
por tanto en nada tiene que ver con la idea que nos han creado de que la raza
humana es hija de la fornicación, eso es una abominación, la raza humana es el
fruto de la opción de nuestros “primeros padres” y cuya consecuencia fue el
estado mortal, la muerte espiritual –al no volver a estar ante la presencia de
Dios- y la muerte física –separación del
cuerpo y espíritu-, pero con la libertad de haber entendido el bien y el mal,
ser libres, y si no hubieran desobedecido no hubieran podido tener hijos. Es
mucho lo que le debemos: el poder vivir en la tierra. Sin embargo, todo ello ha
hecho que pasen a la posteridad como aquellos pecadores que desobedecieron a la
ley de castidad. Un gran engaño.
[1]
Hay otros pasajes de las Escrituras donde Satanás es representado por una
serpiente. Apocalipsis 12:9.
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